Complementando información divulgada por la prensa
He leído en La Nación hace unos días una noticia relativa a una entrevista realizada al director de la Corma (Corporación de la Madera) Sr. Fernando Raga, donde afirma que del total de plantaciones forestales realizadas entre 1984 y 2012 «el 87% se ha establecido en terrenos con distintos niveles de erosión», lee la noticia en el siguiente enlace Noticia en que se minimiza sustitución.
Quiero citar, para referirme a este respecto, un estudio del año 1991 llevado a cabo por la CONAF donde se establece que la destrucción de bosque nativo en la cordillera de la costa de las regiones VII y VIII (probablemente para establecer plantaciones forestales) entre enero de 1978 y marzo de 1987 fué de un 74% de su superficie, es importante señalar que la mayor intensidad del proceso de sustitución se dio alrededor de 1980, este estudio lo podemos leer en el siguiente enlace Revelador estudio de Conaf. Es cierto que el período al que hace mención el estudio citado es diferente al período aludido en La Nación, con algunos años que se traslapan entre ambos períodos, sin embargo ambos períodos tienen un elemento en común, la vigencia del D.L. 701.
La sustitución del bosque nativo por estas plantaciones fué un proceso masivo y brutal, sin embargo no solo en cerros y cordilleras se realizaron plantaciones forestales, también se establecieron plantaciones en suelos agrícolas, como botón de muestra basta recorrer el camino que une a Collipulli con Angol para hacerse una idea de esto, hace 30 años el 90% de este camino discurría en medio de trigales, actualmente más de la mitad del camino transcurre en medio de plantaciones forestales.
Una de las consecuencias de realizar plantaciones de manera irracional, es que nuestros recursos hídricos, hoy en las noticia casi a diario, han sufrido un fuerte deterioro.
Se podría decir que de nada sirve lamentarse y que hay que mirar al futuro, de acuerdo no nos lamentemos, pero aprendamos de esta experiencia y comencemos a ser proactivos en la recuperación de nuestros invaluables recursos hídricos, no podemos darnos el lujo de seguir cometiendo los mismos errores; por ello no debemos olvidar lo que pasó sino que debemos aprender de nuestros errores para enmendar el rumbo de cara al futuro.