¿Aumento del Bosque Nativo en Chile?
Según estudios, en Chile ha aumentado la superficie de Bosque Nativo, ¿Hay entonces más Bosque nativo en nuestro territorio que hace unos años?
Según información recientemente publicada, la superficie que ocupan las especies Alerce y Araucaria -especies protegidas- ha disminuido pero el conjunto de la flora nativa -especialmente el bosque esclerófilo- ha aumentado su superficie en 126.000 hectáreas, lo puedes leer en el siguiente enlace Aumento del bosque nativo.
Por otro lado un catastro de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) del 2013 señaló que había un incremento de 582.137 hectáreas de Bosque Nativo respecto del año 2011. Como cabría esperar esto se tradujo en señales triunfalistas de parte de alguna autoridad de ese entonces, léelo en el siguiente enlace Señales triunfalistas.
Antes de dejarnos llevar por la autocomplacencia y analizando con un poco de detalle, nos encontramos con que el aumento de 582.137 no se debió a que hubiese nuevos terrenos cubiertos de bosque nativo sino a una redefinición de lo que es un bosque. La ley 20.283 que rige para estos efectos estableció un cambio para la definición «legal» de bosque, si antes el cubrimiento de las copas de los árboles respecto del suelo debía ser al menos de un 25% para que una superficie fuese considerada bosque, ahora la redefinición redujo este valor a un 10%. Podemos concluir que el aumento se debió a «menores exigencias» para que un terreno sea considerado bosque, hablando en buen chileno podemos afirmar que este aumento de superficie fué «por secretaría», lee más al respecto en el enlace a continuación Aumento artificial de superficie de bosques.
Este «aumento» (le seguiremos llamando así) fué especialmente importante en las regiones V, Región Metropolitana y VI, donde la densidad vegetal es baja y por lo tanto los terrenos susceptibles de haber cambiado su estatus por el de bosque, dado el criterio utilizado, cubren superficies mayores.
En Síntesis
Entre el 2005 y el 2015 hubo un aumento de 126.000 hectáreas de bosque nativo.
Entre el 2011 y el 2013 hubo un aumento de 582.137 hectáreas de bosque nativo.
Dado lo anterior puedo afirmar lo siguiente: «Durante el período 2005 – 2015, solo contabilizando el aumento registrado entre los años 2011 – 2013, habría habido un aumento de 582.137 hectáreas». Sin embargo como el aumento del período 2005 – 2015 fué de solo 126.000 cabe preguntarse ¿Que fué de las otras 456.137 hectáreas (582.137-126.000 = 456.137) en que se había incrementado la superficie de bosque nativo gracias a la redefinición legal del mismo? Seamos claros, «esa diferencia corresponde a pérdida de bosque nativo», no hay otra alternativa. Matemáticamente hablando en el período 2005 – 2015 se habrían perdido 456.137 hectáreas de bosque nativo, y tengo la sensación de que esta superficie no corresponde a los mismos terrenos recientemente ascendidos «por secretaría» a la categoría de bosque en el marco de la «redefinición».
Tierras agrícolas que han dejado de serlo
Por otro lado, la afirmación de que habría sido la reducción de superficie agrícola la que trajo como consecuencia el aumento de la superficie de bosque, principalmente esclerófilo, me parece bastante descabellada toda vez que las tierras agrícolas difícilmente (no recuerdo algún caso) podrían reconvertirse a otra actividad que fuese menos rentable «en el corto plazo» (rentabilidad cortoplacista: uno de los ingredientes sustanciales del subdesarrollo). Las causales de cambio de uso de suelo agrícola por otra categoría, al menos las que yo conozco, son las siguientes:
1.- El suelo agrícola ha cambiado a urbano pero esto, por supuesto, no trae aparejado un incremento del bosque nativo sino que es la ciudad la que viene a ocupar los espacios.
2.- El suelo agrícola se ha reconvertido a forestal, aberración que ha ocurrido principalmente en el centro sur de nuestro país, en este caso los terrenos han sido plantados con pinos y eucaliptos, por lo que tampoco aquí habría un aumento en la superficie de bosque nativo.
3.- Cuando la sequía ha inutilizado los suelos agrícolas, lo cual principalmente ha sucedido en las regiones IV y V norte, tampoco aquí cabe suponer que -en terrenos resecos- haya proliferado en un par de años bosque nativo.
Chile podría proponer a nivel mundial una redefinición de lo que es un «país desarrollado», quizá si bajaran las exigencias podríamos clasificar en esta -al menos para nosotros- esquiva categoría.