Ley de Glaciares en Chile, la apuesta por seguir igual

glaciar

En la propuesta de «Ley de Glaciares» que se lleva adelante en Chile, trás una apariencia de avance subyace la apuesta por que las cosas sigan igual, o en su defecto «lo más igual posible».

La supuesta preocupación por la desertificación, el cambio climático y la escasez de agua no se condicen con la propuesta de Ley de Glaciares, ya que lo que se propone limita su protección a los parques nacionales, cualquier otra figura protectora que quede al arbitrio o el criterior de los interesados es como si no existiese, al menos así han funcionado históricamente las cosas en Chile. Así tenemos que desde el límite norte de Chile hasta Rancagua, que es la zona donde la gran minería tiene sus principales proyectos presentes y futuros, los glaciares contarían con una mínima protección ya que aquí existen pocos parques nacionales, y parques nacionales que contengan glaciares dentro de su perímetro menos aún; los parques nacionales con glaciares en su interior se sitúan mayoritariamente en los campos de hielo patagónicos, como por el momento no hay presiones para «extraer» algo debajo de esos hielos, su protección -si bien es cierto es un avance- no aborda la problemática de la protección de glaciares en zonas donde los intereses por llevar adelante actividades asociadas a la minería, suponen un riesgo para ellos.

Una ley importante para Chile que, de mantenerse esta indicación, nacería contrahecha y que si ve la luz es gracias a la presión ciudadana y no a la visión de las autoridades. Se ve claramente en esta ley que nuestras autoridades no le han tomado el peso a la escasez hídrica, y los economistas aún no se dan cuenta del gran «negocio» para el país que involucra la protección del agua, ya que la escasez hídrica implica costos para el erario nacional y, por otro lado, pérdidas económicas cada vez más cuantiosas, toda vez que las proyecciones agrícolas -entre otras actividades- se van ajustando a la baja en muchas zonas. Los glaciares son recursos estratégicos y en algunas zonas de rica tradición agrícola como el valle del Aconcagua, son la única fuente de agua que alimenta los ríos durante el verano.

Finalmente cabe señalar que la discusión de esta ley ha sido nuevamente postergada, claramente las presiones para ello provienen de personas y grupos que no son capaces de comprender que, con el cambio climático en marcha, con el desierto avanzando y con un recurso vital como el agua dulce en franca disminución y deterioro producto de la fuerte disminución de las precipitaciones y la contaminación, preservar los glaciares nada tiene de romántico ni idealista. La protección de los glaciares es prioritaria, necesitamos que las autoridades miren al futuro y que tengan la audacia de dar este paso sin temores ni medias tintas, el que así lo haga será recordado como visionario, de los otros dará cuenta el olvido y pasarán… sin pena ni gloria.

12. mayo 2015 por mauriciopoo
Categorías: Agua | Deja un comentario

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